La
necesidad de acoger a un importante número de personas y los cambios en las
actividades económicas realizadas por los habitantes de estas zonas tienen
fuertes repercusiones territoriales. En las zonas turísticas se aprecia:
· Una elevada densidad en
la construcción.
· Una importancia
“anormal” de las vías de comunicación.
· Unos cambios en los
hinterland cercanos, que ahora se convierten en zonas de recreo: parques,
complejos deportivos, superficies vegetadas, campos de golf, etc.
· Cambios en las zonas de
residencia de los habitantes habituales, que abandonan el centro de la
localidad (por las incomodidades de la aglomeración y el alto precio del suelo)
y se trasladan a las afueras.
· Un fuerte desarrollo
del sector terciario vinculado al turismo (comercio ,hostelería y
restauración...) que se instala en los centros abandonados por la población
residente. La construcción y los espacios edificados sufren un fuerte impulso
.Las periferias de las zonas turísticas se convierten en zonas de
abastecimiento de agua, alimentos, mano de obra, servicios, apreciándose:
· Cambios en su entorno
natural: aparición de pantanos, embalses, grandes viarios, etc.
· Cambios
socioeconómicos: mayor dependencia del turismo, con una revalorización de la
agricultura, la aparición de mano demanda de mano de obra estacional o el
desarrollo de las actividades de distribución.
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